Coincidiendo con la campaña iniciada por Western Sahara Resource Watch, el grupo conservero ha decidido cerrar sus instalaciones del puerto de El Aaiun.
La empresa española Calvo es una de las más importantes conserveras del país y el quinto productor mundial del sector. Comenzó su actividad productiva en El Aaiun en enero de 2005, sumando así una nueva planta a las que ya tenía en España, Brasil y El Salvador. Su actividad principal era la producción de conservas de sardina y caballa procedente de aguas saharauis, además de atún proveniente de Costa de Marfil. Su fábrica en el Sahara Occidental, con una superficie de 7.000 m2 y una capacidad de 15.000 t de pescado al año, empleaba a alrededor de 400 trabajadores, funcionando las 24 h del día en la cadena de envasado. En mayo de 2007, Calvo se asoció con la empresa marroquí OMP (“Omniun Marocain de Peche”) para crear una nueva empresa, OMP-Calvo, con el objeto de fabricar y comercializar productos pesqueros. Se puede consultar más información en el
Informe sobre el sector de la conservería de pescado en Marruecos, publicado en septiembre de 2007 por el ICEX.
En mayo de este año, Western Sahara Resource Watch comenzó una campaña con el objetivo de que el grupo conservero Calvo cesara todas sus actividades en el Sahara Occidental. Puedes ver la campaña realizada
aquí.
En el mes de junio, WSRW contactó con la empresa a través de su Director de Recursos Humanos, el Sr. Emilio Marcos, quien confirmó que Calvo estaba cerrando sus instalaciones en le Sahara Occidental. Las naves estaban siendo explotadas en régimen de alquiler a la empresa Sepomer, con quienes rescindirán el contrato de arrendamiento una vez hayan retirado toda su maquinaria.
El Sr. Marcos indicó a WSRW que los motivos que les han movido a cerrar sus instalaciones son fundamentalmente económicos. La coincidencia de la decisión de Calvo con la campaña comenzada por Western Sahara Resource Watch hace pensar que el daño económico que puede sufrir la compañía si continúa en los territorios ocupados por Marruecos, es mucho mayor que los beneficios económicos que obtendría manteniendo sus actividades en la zona, ya que Western Sahara Resource Watch tenía previsto ampliar su campaña de información a las grandes superficies, medios de comunicación, movilización y manifestaciones a través de agentes sociales, como ya hizo con la
campaña de FMC Foret.
Los responsables de Calvo han asegurado a WSRW que tendrán cerradas sus instalaciones a finales de año, y que no van a ceder los derechos de explotación a otras empresas.
Sin embargo, Calvo no va a cesar todas sus actividades en el Sahara Occidental. Nos consta que el grupo conservero mantiene algunos empleados, encargados de la compra de sardina a empresas marroquíes como Dipromer e Iglofih para sus fábricas de Brasil GOMES DA COSTA.
Según Javier Gil, representante de Calvo en Marruecos, “La política de Calvo es adquirir productos a terceras empresas para todos sus centros de producción en función de las condiciones más favorables del mercado; eso puede incluir empresas establecidas en el Sahara Occidental”.
También indicó que cesaron sus relaciones contractuales con la OPM (“Omniun Marocain de Peche”), empresa marroquí con quienes firmaron un acuerdo para el abastecimiento de pescado y que continúa siendo el proveedor de otras empresas como las españolas Jealsa (Riantxeira) y
Europacífico Alimentos del Mar (consorcio español formado por las empresas chilena Friosur, la neocelandesa Sealord y la japonesa Suisan)
WSRW aplaude la decisión de Calvo de cerrar sus instalaciones en El Aaiun, pero ha informado a la empresa de que “continuaremos exigiendo a Calvo el cese de absolutamente todas sus actividades relacionadas con los recursos naturales saharauis”.